lunes, 9 de diciembre de 2013

El apego corrompe



Para las almas que revolotean el cosmos, algunos piensan que la libertad no tiene costo

Vivimos en un mundo lleno de pegantes, estos nos atrapan y no hacemos mucho al respecto; citando a Walter Riso que con palabras puede hacer que despegues el alma del piso.

Tratar de mantener vigente algo que ya no existe, algo  que así como ganaste perdiste.

No creas tu que amar significa poseer,  ni pretendas culpar al hechizo de estar locamente enamorado porque las letras pequeñas del contrato no puedes leer.
Hazme tuya, eres mío, tómame, "expresión.ame", hazme encender las ganas y vivir la fantasía de que al cuerpo puedes poseer, ilusiones ni tan sexuales que sin apegos no se pueden mantener.

Contradictoria la vida que ha venido para sernos injustos, para vivirla y exprimirla hemos caído por azar en este mundo.

El apego me corrompe me saca de  rumbo, prefiero mantener en vuelo  mis alas y aventurar otros mundos, somos animales encarnados en la piel prestada, el apego nos hace disfrazarnos de lobos saca a relucir facetas que nos vienen en gana.

jueves, 24 de octubre de 2013

Inocencia

Que hay de la filosofía
que hay de esas preguntas que no son mas que la raíz de vida.

Donde quedo la imaginación inocente y liberada de la infancia
Donde esta el gozo de lo que te ofrece el inmenso universo.

Es decir mirarte en el espejo y que la inmensidad infinita le pregunte al ego
eres tu real o lo es tu reflejo.

Eres una bendición un milagro,como le dicen a la medicina avanzada
mientras mas de cerca observas mas veces pasaras ignorancias.

Cuando existía la nada, el todo era infinito



Mitología kogui


Primero estaba el mar, todo estaba oscuro.

 No había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas.

El mar estaba en todas partes. 

El mar era la Madre; la Madre no era gente, ni nada ni cosa alguna. Ella era espíritu de lo que iba a venir y ella era pensamiento y memoria.



miércoles, 11 de septiembre de 2013

No hace falta que te diga que me muero.
No puedo acercarme a tu boca y no desearla de mil maneras locas.

No puedo evitar navegar por el mar de tus olas.
No hace falta que te diga que respiro, la orilla siempre muestra el camino.

No puedo negar imaginar ver desde el muelle el brillo de tus ojos encenderse.
No hace falta que te diga que tal cual farol me enciendes.

No puedo evitar estar a la deriva después de haber atravesado una tormenta precavidamente querida.
No hace falta que te diga el color de mis botes salvavidas, la brisa nos calmara, con tiempo el agua fluirá.